Esta imagen de la Nebulosa del Anillo (M57) fue obtenida por el Telescopio Espacial Hubble y es el resultado de la composición de tres imágenes usando diferentes filtros, donde los colores azul, verde y rojo indican, respectivamente, la emisión del helio muy caliente, oxígeno y nitrógeno ionizados. (Créditos de la imagen: The Hubble Heritage Team (AURA/STScI/NASA) – Licencia: Attribution CC0 1.0 public domain)
Esta es la conocida Nebulosa de Anillo, catalogada como M57, está a una distancia de 615 pc [link a post] de aquí, en la dirección de la Constelación de Lira, y se extiende por cerca de 0,3 pc [link a post]. Esta es una nebulosa planetaria y, a pesar del nombre, no está relacionada con la presencia de planetas. En realidad, es el resultado final del proceso de evolución de una estrella de baja masa que, tras pasar por una fase de gigante roja, tiene sus capas más externas desprendidas. En el centro, hay una estrella de tipo enana blanca, que ya no produce energía a través de reacciones termonucleares y por eso está asociada a una estrella “muerta”. Sin embargo, aún brilla debido a su alta temperatura de cerca de 120.000 ºC.
Esta imagen de M57, obtenida por el Telescopio Espacial Hubble, es una composición de tres imágenes usando filtros distintos, donde cada color realza la emisión generada por diferentes elementos químicos. El helio, muy caliente, se encuentra próximo a la enana blanca central y puede ser visto en azul. El oxígeno ionizado, en verde, se ubica un poco más lejos de la estrella y el nitrógeno ionizado, en rojo, viene del gas más frío de las extremidades de la nebulosa. Este es el mismo escenario esperado para el fin de la “vida” de nuestro Sol que, dentro de aproximadamente 5.000 millones de años, también se volverá una nebulosa planetaria. En el centro, habrá una enana blanca, con un poco más de la mitad de la masa que tiene el Sol actualmente, aunque más compacta, con un tamaño similar al de la Tierra, y con una temperatura de un poco más que 100.000 ºC.