(Imagen de una de las naves espaciales idénticas Voyager, lanzadas en 1977. – Créditos: NASA)
¿Cuántas misiones espaciales exitosas se concretaron hasta hoy? Desconozco el número exacto, pero fueron centenas. Puede que todo haya sido impulsado por una disputa de poder o por rivalidad, sin embargo, es innegable el avance tecnológico y científico adquirido cuando el tema es exploración espacial y la herencia que ha quedado.
Los años de 1957 a 1975, período en que ocurrió la famosa Carrera Espacial, fueron marcados por la rivalidad entre Estados Unidos (EEUU) y la antigua Unión Soviética (o URSS) durante la Guerra Fría. Ambos países tenían como símbolo de superioridad la conquista del espacio, hecho que ha impulsado la era de la exploración espacial y ha aumentado las desavenencias entre ellos. La principal meta era llevar el hombre a la Luna, sin embargo, había mucho camino y muchas etapas que superar hasta allí.
Al inicio, la URSS parecía tener ventaja, siendo la primera nación a lanzar un satélite artificial – Sputnik 1 -, la primera a mandar un ser vivo al espacio – la famosa perra Laika a bordo del Sputnik 2 -, la primeira a mandar un hombre y traerlo de vuelta a la Tierra con seguridad – el legendario cosmonauta Yuri Gagarin que fue el primer ser humano a orbitar nuestro planeta a bordo del Vostok 1, en 1961.
En ese período, ocurrieron varios intentos de enviar naves espaciales y sondas a la Luna, algunos de ellos sin éxito. Hasta que, en 1959, la URSS envió la Luna 3 que dio una vuelta alrededor de la Luna y, por primera vez, fotografió su lado oculto que, hasta entonces, la humanidad jamás había visto. Pero las misiones que llegaban a la Luna todavía eran misiones no tripuladas. Recién en 1968, los EEUU tuvieron éxito en mandar los primeros astronautas que lograron circundar la Luna con la misión Apollo 8 y, en julio de 1969, consiguieron el gran hecho de llevar el primer hombre hasta ella, posar y traerlo de vuelta a la Tierra con la misión Apollo 11.
Claro que esa disputa no se trataba sólo de la “conquista” de nuestro satélite natural y, a pesar de ser motivada por la rivalidad, era también motivada por la ciencia y el conocimiento. Por ejemplo, los astronautas de Apollo 11 y de las siguientes misiones a la Luna trajeron decenas de kilogramos de rocas lunares para su análisis en laboratorio. Ese material ha ayudado (y ayuda aún) a conocer más sobre la formación de la Luna y nuestro sistema planetario, entre otras cosas.
La carrera espacial abarcaba también la exploración de otros planetas del Sistema Solar. Todavía en los años 1960s, la URSS envió la sonda Venera 4 a Venus. Por ella, tuvimos el primer análisis químico de su atmósfera y mediciones de su campo magnético. Ese mismo año, la sonda Mariner 4 de los EEUU, -lanzada años antes, en 1964 – llegó a Marte y reveló una atmósfera muy enrarecida, de sólo 1% de la densidad atmosférica terrestre, y temperaturas muy bajas de cerca de -100 ºC.
El Sistema Solar exterior también fue explorado, inicialmente con las sondas-hermanas Pioneer 10 y 11 de los EEUU, lanzadas en 1972 y 1973, que visitaron por primera vez los gigantes gaseosos Júpiter (en 1975) y Saturno (en 1978), y revelaron imágenes en detalle y sin precedentes. Estas sondas estudiaron por ejemplo el campo magnético y la Gran Mancha Roja de Júpiter, además de sus lunas galileanas. Pioneer 11 envió a la Tierra diversas imágenes de Saturno y sus anillos, y de su mayor luna, Titán.
En 1975, la sonda estadounidense Mariner 10 llegó a Mercurio, el planeta más próximo del Sol, y reveló las primeras imágenes de su superficie, además de mapear cerca del 40% de ella. Ese mismo año, y a lo que ya se consideraba el fin de la carrera espacial, los EEUU también lanzaron a Viking 1, con destino a Marte, que llegaría al planeta rojo recién en 1982 con el objetivo de conocer sus propiedades meteorológicas, sísmicas y magnéticas, además de buscar biomarcadores – como signos de vida-.
Los planetas más exteriores del Sistema Solar fueron visitados por primera vez solamente algunos años después, con las misiones Voyager 1 y 2 de la NASA (EEUU), ambas lanzadas en 1977. Ellas llegaron a Júpiter nuevamente, descubriendo que él también tiene anillos, pero menores y menos densos que los de Saturno. Y revelaron que sus lunas son extremadamente interesantes, con actividad volcánica en Ío y grietas en la superficie congelada de Europa. Al pasar cerca de Saturno, la Voyager 2 atravesó el plano de sus anillos, siendo bombardeada por pequeñas partículas de polvo, además de fotografiar varias de sus lunas.
Tal vez lo más interesante fue su aproximación a Urano y Neptuno. Fue tan sólo en 1985 que la Voyager 2 llegó a Urano, revelando 10 nuevas lunas y 2 nuevos anillos para la colección del planeta, además de medir vientos de más de 700 km/h en su alta atmósfera. A Neptuno llegó en 1989 recién, descubriendo 6 nuevas lunas y 4 anillos más, y detectando vientos atmosféricos aún más intensos, ¡que llegan a 1.100 km/h!
Las naves espaciales Voyager 1 y 2 también tenían como misión estudiar la Heliosfera y la Heliopausa, más allá de los límites de nuestro Sistema Solar, como última frontera al espacio interestelar. En 2012, la Voyager 1 se convirtió en el primer artefacto humano a conseguir tal hazaña, seguida por su hermana, Voyager 2, en 2018.
Las dos (o tres) primeras décadas de la historia de la “conquista” del espacio impulsaron otras misiones de exploración espacial y fueron responsables por el gran desarrollo tecnológico y científico de la época. Además, han dejado una herencia valiosísima, entre aciertos y errores en la ejecución de las misiones espaciales y nuevos descubrimientos, enseñándonos que ¡hay mucho aún a ser explorado!
Referencias y enlaces externos (solamente en inglés):
https://solarsystem.nasa.gov/missions/
https://en.wikipedia.org/wiki/Space_exploration
[…] todos os planetas próximos e desbravam agora a Terra Incognita para além do Sistema Solar como abordamos neste post. No entanto, sobrou um objeto que, embora próximo, foi muito pouco visitado: o Sol. Gigante […]